Tamales Hnos. Tadeo

La historia de Victor Pacheco, cómo surgió uno de los establecimientos de comida más populares en Medellín.

“… se siente una impotencia enorme, como padre, que no puedas darle lo básico de su tratamiento medico (a tu hija)…”, “…Yo sé lo que se siente tener sólo $30 pesos en la bolsa”.

Medellín de Bravo, Ver. / Por Jorge Sánchez / 10 de diciembre de 2019.

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Durante años, en la metrópoli vecina, a Medellín se le relacionaba con los tamales y carnitas, ya que muchas personas vienen de Veracruz y Boca del Río a degustar el paladar con el sazón medellinense. Aparte del Mango, la Piña y el ladrillo; Medellín es reconocido por el sabor de su gastronomía.

Uno de los lugares obligados para degustar el sabor del municipio es Tamales Hermanos Tadeo, también conocido como «Tamales debajo de Los Mangos», por lo que entrevistamos Victo Pacheco, dueño del establecimiento ubicado en Rancho del Padre, carretera El Tejar-Mozambique; quien nos narró su historia de vida y como emprendió este negocio; como buenos medellinenses, la compartimos con usted.

* * * El primer ladrillo.

“El tiempo es único, no hay que desperdiciarlo, podemos hacer actividades extras que nos generen utilidad”.

“…mi padre vendía ladrillo, y cuando no vendía, no ganaba; si pasaba una semana sin vender ningún viaje (de ladrillo), esa semana no había utilidad; nosotros sufríamos escasez de comida, escasez de todo…”, relata Victor que durante su infancia la situación se puso difícil cuando el bock se popularizo, ya que originó la devaluación del ladrillo.

“yo le decía a mi madre: usted sabe hacer tamales, yo los vendo. Hace veinticinco años, el tejar era chico, sólo estaban las Colonias Barrio Oscuro, la Gutiérrez Rosas, la Obrera Campesina; no había muchas colonias, todas ellas las recorría en bicicleta con un cubo con tamales para vender”

“…mi madre me enseñó a vender, a emprender, era para un ingreso extra…”

* * * El secreto del Sueño Americano.

Ya con una familia que mantener, Victor Pachecho, ilusionado con el “sueño americano”, viajó tres veces a Estados Unidos, ahí aprendió a no tener vicios de alcohol o tabaco.

“Aprendí a valorar a la familia, a las personas, a mi pueblo; estar allí es duró, hay mucho racismo; algunos, no todos, hay americanos que te tratan mal”, narra del periodo de tiempo en que se alejó de su tierra.

“si somos de aquí, no tenemos porque ir allá, los mexicanos somos luchones, somos fuertes, lo que pasa es que a veces el gobierno te pone trabas, te quita los sueños”.

“Descubrí que allá hay una formula de ahorrar dinero, no sales, porque te tienes que esconderte de la migra; no sales a gastar dinero en la calle, esa es la formula con la que allá ganas dinero; y aquí es al revés: ganas y gastas más de lo que ganas, te endeudas”.

“Si no sales a la calle, ahorras, aprendí que así consigues una utilidad más fuerte”.

* * * Los “Coyotes”.

A su regreso al municipio que lo vio nacer, se dedico a la siembra en el campo, ahí aprendería otra lección, descubriría a los “coyotes”, intermediarios que en unos minuto se llevan entre 50% al 100% de la ganancia del trabajo de tres o seis meses.

“…tú te la pasaste trabajando 3 o 6 meses para ganar menos, te desilusionas, te quita el ánimo, porque terminas perdiendo”.

La siembra y la elaboración de ladrillo eran la forma de ganarse la vida, pero con 4 hijos no siempre alcanzaba para el sustento diario, ya que inviertes tu dinero, trabajo y tiempo, y pueden pasar meses sin poder vender tu producto.

“[…] necesitas recursos para comer; es ahí cuando uno dice: ¿para dónde voy?, ¿qué quiero hacer?

* * * La Quinta Bendición. ¿Tiempo de Crisis o de Oportunidad?.

“… las cosas se complicaron, andábamos desesperados de qué hacer, cuando viene un bebe vienen nuevos gastos, hay que tener dinero para la leche y pañales…”

En el año 2009 nace la quinta de sus retoños; con la bendición llegaron también más gastos; lo que originó una crisis económica en el hogar. Un problema de estreñimiento de su bebe, puso a la familia en apuros; con la venta de un poco de “fierro viejo” obtuvieron $30 para ir a buscar a un médico.

En esos tiempos los doctores, en El Tejar, cobraban de $200 a $400 pesos la consulta, así que acudieron con la Dra. Betsa Solis, ella cobraba $30 pesos la consulta. “Nunca voy a negar lo que he vivido…”, “… nos dijo: no te voy a cobrar, ocupa ese dinero para comprar los supositorios para tu bebe”. El medicamento costó $28 pesos.

“… se siente una impotencia enorme, como padre, que no puedas darle lo básico de su tratamiento medico (a tu hija); eso me llevó a querer salir de esa pobreza, si tengo mis dos manos para luchar y trabajar, tenía a mis cinco hijos, y cada vez eran más gastos, estaba desesperado por la crisis que vivíamos. Yo se lo que se siente tener sólo $30 pesos en la bolsa”

* * * ¡Vendo tamales! El Plan: un grito en las terminales de autobuses.

“… Le platique a Imelda, mi señora, en el norte se acostumbra a vender tamales y atole en las terminales de autobuses, así que pensamos en ir a las terminales…” .

Esta situación llevó a Victor e Imelda a realizar tamales de elote y masa, fue un sábado de febrero de 2010 cuándo elaboraron tamales para ir a venderlos a las terminales de los camiones, pero no fue necesario viajar tan lejos, el producto se vendió entre los vecinos y gente que pasaba por la zona.

“… el producto se acabo aquí en el rancho, ya no hubo necesidad de salir a venderlo”, “… ofrecíamos muestras a los cliente para que probaran”.

* * * Una fuente de empleo directo e indirecto en Medellín.

Con el paso del tiempo, han cumplido pedidos de hasta 4 mil tamales de barbacoa y 400 litros de salsa, para eventos, y su menú ha crecido a tamales de barbacoa de pollo y de res, mondongo, mole, picadas, antojitos y longaniza azada. Un cliente bautizó el lugar como «Centro Masonio», por tener varios productos derivados de la masa.

“somos un engrane, una fuente de empleo directo e indirecto, porque le damos trabajo al del queso, a los de los pollo, a los de los puercos…” todos ellos son de Medellín. “Todo es de primera y fresco, así comencé, y espero en Dios, terminar.

«El cliente si identifica cuando prueban algo que no es de calidad, yo con confianza lo digo: esto es calidad”. “… pero esto no es mio, es de ustedes, los clientes, yo sin clientes vuelvo a regresar a donde estaba.

Le digo a los trabajadores, yo no soy su patrón, son la clientes; el cliente que se va contento y satisfecho, juralo que regresa, ese cliente hace que mantenga a los trabajadores que hay, porque yo no tengo el dinero para pagarles, eso lo tienen los clientes…” .

«Muchas personas no aprenden eso, hay que cuidar a los cliente, mi función es hacerlos feliz en el paladar, y que se vayan contentos. Actualmente somos treinta personas las que trabajamos en Tamales Hermanos Tadeo; creció la demanda y el trabajo, todo eso te da animo de ser mejor, de crecer, de invertir más…” .

Afirma que al lugar han llegado personas de otros estados y de otros países, señala que acuden muchos ciclistas y motociclistas. Además de que han tenido la visita de cantantes, actores, conductores de programas de televisión, líderes sindicales y políticos. También comenta que algunos empresarios foráneos piden sus productos para llevar, y así pueden disfrutarlo en compañía de sus familias en otros estados o países.

* * * Dar parte de que se recibe.

“Hay mucha gente que no tiene para un bocado, si uno puede ayudarle, adelante, hay que recordar cuando uno no tenia” .

“En diciembre vamos al Hospital Regional a regalar tamales y atole, uno debe dar parte de lo que recibe; el dinero no es la felicidad, al final de la jornada la felicidad es estar con tu familia y con los amigos. Muchas personas tienen dinero pero no logran estar en paz con si mismas.

La felicidad te abre las puertas para seguir creciendo. “Estoy agradecido de haber nacido en Medellín de Bravo. Desde que salia con mi cubeta a vender tamales, conocí mucha gente, y hoy la saludo por su nombre, nos conocemos, eso es Medellín”.

“Cuando quieran salir del estrés de la ciudad, o quieran un lugar para convivir con su familia y amigos, vengan a Tamales Hermanos Tadeo, aquí los atendemos bien al tiempo de que degustan el sabor medellinense”, finaliza Víctor Pacheco y continúa atendiendo a los comensales.

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Un comentario

  • Leonel reyes saviñon

    Muy rica la comida todo les recomiendo el mondongo y gandinga y la tortilla de aplauso con manteca todo muy rico felicidades Víctor

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