Ineficiencia en la Contraloría General del Estado, ni auditorías ni sanciones.

Bajo la administración de Mercedes Santoyo Domínguez, la Contraloría General del Estado (CGE) está convertida en un ente ineficiente, que no practica auditorías e incluso desconocían de los desvíos de recursos que detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) correspondientes al 2019.

Xalapa, Ver. / Columna de JAFO / 18 de noviembre de 2020.

Al interior de la dependencia, el personal asegura que durante el año 2020 no han realizado auditorías ni aplicado sanciones, solo han perseguido a uno que otro “cartucho quemado” de la administración pública, pero nada relevante.

Y es que, a decir del personal consultado, pareciera que Mercedes Santoyo Domínguez anda más preocupada por cobrar venganza en contra de algunos funcionarios que trabajar para que los recursos públicos se ejerzan de manera correcta y así detectar a tiempo los malos manejos.

Sostienen que Santoyo Domínguez organiza, investiga, denuncia, destituye e incluso se encarga de provocar pleitos internos en la Contraloría General del Estado (CGE) para, después, supuestamente solucionar lo que ella misma ha provocado y “venderlo” como un rotundo éxito de su gestión.

Nadie se explica por qué la CGE tuvo que esperar a que fuera la Auditoría Superior de la Federación (ASF) quien viniera a hacerle su trabajo y detectara diversas anomalías con recursos de la Cuenta Pública correspondiente al año 2019.

Con una CGE tan inoperante e inútil, comentan que sería más saludable que el organismo desapareciera y su presupuesto se destinará a cosas más útiles o a apoyar a los sectores desprotegidos.

Afirman que la administración de Santoyo Domínguez es tan mala que hasta empiezan a extrañar a la Garibo.

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